La vuelta casa fue escalonada. El primer trayecto fue de Bratislava hasta Katowice en PolskiBus, como no.
Katowice no es una ciudad especialmente turística, pero para mí tiene un valor sentimental, pues el año pasado ya visité la ciudad, y volver un año y unos días después me trajo de vuelto muchos recuerdos.
Allí caminamos, bastante, hasta encontrarnos con Krzysiek, el conductor de blablacar que nos llevó hasta Poznan. El viaje fue de lo más entretenido, con atasco y retenciones, ronquidos por parte de una de las viajeras, chistes del conductor, carreteras secundarias como atajos de autovías e incluso animalillos.
Y con las maletas guardadas, hasta la próxima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario