Después de descansar un poco, tengo que reconocer que dormí
bastante mal, posiblemente porque la almohada era increíblemente dura;
desayunamos de camino al punto de encuentro del Free Tour, aun con unas gotas
cayendo.
Como en muchas otras ciudades, hacer un tour es algo muy
recomendado con el fin de poder conocer más detalles de la ciudad, los monumentos
principales y el origen de los mismos.
(Imágenes ➡ ⬇:
Iglesia de Matías, Basílica de San Esteban, vistas desde el Palacio Real,
Bastión de pescadores, estatua "Princesita", vistas desde el Bastión
de Pescadores)
Además, la guía, muy amable, nos indicó otros lugares donde comprar recuerdos más baratos y comer la típica comida húngara de calidad y a precios razonables. Ese lugar es el Mercado Central, donde hay de todo. Allí probé el "lángos", una especie de pan frito con salsa agría y queso rallado encima al que luego le puedes añadir lo que quieras. También hacían la versión dulce, pero eso sí, hay que armarse de paciencia, porque puedes estar haciendo cola durante 20 minutos, como yo.
Por la tarde, fuimos hasta la Plaza de los Héroes.
(Imágenes ➡ ⬇: Plaza de los Héroes, puesto de kürtÖskalács, Galería Nacional, Baños Széchenyi, Opera, Jáki kápolna)
Y para terminar el día, nos fuimos a los otros dos ruin bars que nos recomendaron en el tour: Fogasház e Instant.
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