domingo, 29 de marzo de 2015

Viaje a Finlandia. Parte II: Seinäjoki

Y por fin llegué a mí destino, y esa misma noche ya tocó ir de fiesta...

Después de dormir, largo y tendido, porque llevaba casi 40 horas sin dormir en una cama, quisimos hacer algo de provecho, y me llevaron a ver la ciudad, de día. 

Es una localidad pequeña, pero aun así tiene su encanto. En la maravillosa biblioteca...


... en los bosques, mas no en el agua del río...


... en otros lugares como el Ayuntamiento y la Iglesia...

... y en los atardeceres...

... en las pre-partys y fiestas...



Pero desde luego con lo que me quedo son con las saunas, que por algo son finlandesas. Por eso, después de hacinarnos en un coche, pusimos rumbo a una sauna muy especial, situada al lado de un lago helado, ¿ya sabéis por donde va la cosa, no? Pues eso, llegas, pagas 4 euros, te duchas, sales del vestuario y ¡Pump! ya estas en la calle, enfrente de un lago precioso, te metes en la sauna y rezas porque los finlandeses no se emocionen echando agua en la caldera, caldera tradicional, por supuesto. Y después de aguantar más o menos, durante 10 minutos, sales y te vas caminando hasta el lago helado, que tiene un agujero donde te bañas más o menos, durante 30 segundos, sales y otra vez a la sauna. 




La experiencia vale mucho la pena. 

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