Y llegó el día de la despedida del curso.
La verdad es que este día no hicimos nada de nada. El plan fue el siguiente:
a las 10 de la mañana me encontraba desayunando chocolate de máquina con un trozo de los ricos croissants de denominación de origen de la ciudad, por cuenta del profe.
Después de ver un par de presentaciones de mis compañeros, levantamos en campamento a eso de las 10,40 y nos fuimos a tomar un té con el profesor (a este té ya no invitó) a la azotea del centro comercial, todo muy postureta.
Y allí que estuvimos hasta la hora de comer, es decir, las 12,30 o 13 horas como tarde. Así que cuando las tripas rugieron nos fuimos los que quedabamos con el profe (hubo unos cuantos rajados) a comer a un restaurante típico polaco: Restauracja Wiejskie Jadło.
La comida riquísima: cuello de cerdo con patatas asadas con especias, ensalada y salsa agridulce y el lugar super cuqui:
No hay comentarios:
Publicar un comentario