El pasado día 14, de madrugada mi amigo Sergio y yo pusimos rumbo al país húngaro. Esta vez, decidimos ir en tren hasta Wroclaw y allí coger un blablacar hasta Budapest. Como mi suerte en los medios de transportes, últimamente está en racha, salimos con una hora de retraso, pero aún así, llegamos bien para unirnos a Mihai que conducía hasta Rumanía; ya son ganas.
Llegamos a Budapest, al medio de la nada, sin dinero en efectivo, ningún cajero a la vista, sin internet móvil y obviamente, sin conocer el idioma del lugar. Pero, nos las apañamos para llegar al hostel.
Fue llegar, y dejar las maletas y salir a patear. Hacía un día buenísimo, pero ya era un poco tarde...
Después fuimos a cenar a Belvárosi Disznótoros, algo ligero, como un filete de cerdo marinado con ensalada a base de mayonesa. (Ironía)
Como no, había que probar la fiesta húngara, y aunque estábamos acabados, fuimos a Szimpla, un ruin bar o bar en ruinas. Los ruin bars son edificios, que como indica su nombre, estaban en ruinas y un grupo de jóvenes húngaros decidió darle una segunda oportunidad, convirtiéndolos en bares. De verdad, muy recomendable ir. La entrada es gratuita y el ambiente es genial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario