Yo ya estuve en Cracovia en mayo, pero me apetecía ir otra vez, además, no quería quedarme sola, pues todos mis amigos se iban, precisamente a esta ciudad. Si a eso le añadimos que me vinieron a visitar desde España, ya tenía la excusa perfecta para volver a la que es considerada, la ciudad más bonita de Polonia.
Llegamos el viernes por la noche, debido a ciertos retrasos de los PolskiBus, sí, yo creía que nunca venían con retraso hasta que nos hicieron perder el tren. Así que fuimos al hostel a dejar las maletas. Nos alojamos en el Hostel Faust, está situado en el pleno centro, a 3 minutos andando de la plaza principal. Está tan céntrico que solo tuvimos que bajar al portal y en la facha de enfrente ya teníamos la primera parada: Pijalnia, sopa, cerveza y chupitos para empezar la noche y quedarnos de chachara hasta las mil.
El sábado se presentó capricho en cuanto al tiempo: que si sol, que si viento, que si nieve, que si granizo... pero no por ello nos echamos para atrás, nos fuimos de Free tour. Estoy contenta, es el segundo tour que hago. Salen todos los días desde la Basílica de María de la plaza principal, a las 10,30 en castellano y es un recorrido completo por el centro de la ciudad de 2,5 horas. Muy recomendado.
Después de comer en el centro, nos fuimos a patear al barrio judío. Y aquí os dejo las fotos...
Cómo no, el sábado también salimos y como marca la tradición, empezamos en Pijalnia. Y como prueba de ello, la foto:
El domingo, no había mucho que hacer, además tampoco teníamos mucho tiempo. Nos centramos en descansar y desayunar en uno de los pocos sitios que estaban abiertos, pues al ser Pascua, la gran parte de comercios estaban cerrados.
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